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¿Miel o azúcar? ¿Qué es mejor para endulzar?

Hace algunos años, mucha gente se preguntaba: ¿miel o azúcar? Hoy en día, con una alimentación más consciente, la mayoría ya conoce o usa alternativas al azúcar para endulzar. En este post vamos a hablar de algunas de esas opciones, pero nos vamos a enfocar en la comparación entre la miel y el azúcar.

¿Es la miel mejor que el azúcar?

Nos hemos hecho muchas veces estas preguntas: ¿Es más saludable la miel que el azúcar? ¿Qué conviene más? ¿Qué engorda más? ¿Sirve la miel como reemplazo del azúcar? Para responder a estas dudas, es clave conocer bien cada uno de estos productos y sus componentes.

Azúcar de mesa

El azúcar, o sacarosa, es un disacárido compuesto por dos moléculas: una de glucosa y otra de fructosa. Este es el azúcar común, el que usamos todos los días para endulzar: el azúcar blanco o refinado, que se obtiene de la caña de azúcar o la remolacha. El azúcar refinado se procesa industrialmente para obtener esos granos blancos que todos conocemos, y está compuesto casi en su totalidad por sacarosa (99.9%).

El azúcar se considera un alimento de "calorías vacías", ya que no aporta ningún beneficio nutricional al cuerpo, salvo el de endulzar los alimentos que consumimos.

Miel

La miel es un producto natural que fabrican las abejas a partir del néctar de las flores, que luego regurgitan y almacenan en los panales. Podemos hablar de dos tipos principales de miel:

Las mieles industrializadas no tienen comparación en cuanto a calidad con las mieles puras y naturales, que mantienen todas sus propiedades gracias a los procesos artesanales de recolección.

¿Azúcar o miel: cuál conviene más?

El azúcar está compuesto enteramente por sacarosa, mientras que la miel tiene un 80% de azúcares y un 20% de agua. Además, la miel es un endulzante más potente que el azúcar y aporta menos calorías (320 calorías cada 100 gramos de miel frente a 400 calorías cada 100 gramos de azúcar).

La miel también contiene minerales como calcio, potasio, fósforo y magnesio, junto con vitaminas del grupo B y C. También tiene propiedades terapéuticas que varían según el tipo de miel, además de ser antimicrobiana, antiséptica y antibacteriana.

Es cierto que la miel siempre ha sido vista como un producto saludable, pero hay que tener cuidado: no todas las mieles lo son. Muchas de las mieles que encontramos en las góndolas están industrializadas y han perdido gran parte de sus propiedades. Además, aunque sea un alimento más saludable que el azúcar, sigue siendo rico en azúcares, por lo que su consumo debe ser moderado.

Si pensás optar por la miel como sustituto del azúcar, es clave elegir miel cruda, sin procesos de transformación ni adulteraciones.

Conclusión

Tanto la miel como el azúcar deben consumirse con moderación, especialmente en casos de diabetes o dietas específicas. La miel, a diferencia del azúcar, aporta proteínas, vitaminas, aminoácidos y minerales, pero también tiene un alto contenido de azúcares.

¡Ojo! La miel no es una opción para bajar de peso, pero sí es una alternativa más saludable y con menos calorías que el azúcar. Lo ideal es elegir siempre miel cruda, natural y artesanal, y no abusar de su consumo. Podés alternarla con otras opciones de endulzantes para variar.

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